Las cascadas del río Teixeira corresponden a dos grandes caídas de agua situadas en el valle encajado del río Teixeira, una con un desnivel de 25 metros (río arriba) y otra de 35 metros (río abajo), que se pueden observar a partir del camino que acompaña en la canalización de la central minihidráulica. La más pequeña tiene origen en la fractura del macizo granítico de Junqueira y la más grande se relaciona con el contacto geologico pizarra-granito, donde el río ha erosionado la pizarra blanda más rápidamente que el granito, originando así este desnivel. El tramo del Teixeira entre la central minihidráulica y estas cascadas es de una belleza incomparable. El acceso es, sin embargo, un poco complicado, pues solamente se puede llegar al río desde la central minihidráulica o de la finca, ambas en terrenos privados, por lo que es aconsejable hacerlo con guías.
El ecosistema que aquí se desarrolla representa uno de los más bien conservados bosques subtropicales que en otros tiempos han dominado la región. Ejemplo de estos bosques reliquia es el adernal, formación de especies arbustivas perennifolias dominada por el aderno que se hace acompañar del mirto, madroño, labiérnago blanco y, con menor frecuencia, por el durillo, acebo, píjara y ajo amarillo. El vertiginoso halcón peregrino aprovecha las paredes escarpadas del río Teixeira para prosperar, llenando el valle con sus reclamos de alerta. La herpetofauna se señala, con la culebra viperina, el lagarto verdinegro, la salamandra rabilarga, la rana patilarga y el tritón ibérico formando poblaciones muy numerosas. Entre los mamíferos, se destacan el esquivo desmán ibérico y la nutria, y se pueden además observar, en el túnel de la central minihidráulica, algunos murciélagos cavernícolas. Este es también un lugar excepcional para los invertebrados, como las libélulas macromia y esmeralda moteada, la mariposa tornasolada chica, el coleóptero ciervo volante y la babosa de pintas.
