La cascada de Pombeira representa una sucesión de caídas de agua sobre el macizo granítico del Montemuro. Estas han iniciado su formación en el período del Pleistoceno, hace cerca de 2 millones de años, a través de un sistema de facturación ortogonal del granito que, al quedarse fragilizado, ha permitido al río Pombeiro esculpir de esta forma el paisaje. Aquí podemos observar impresionantes geoformas creadas por esta erosión, como las marmitas de gigante. Insertados en este paisaje podemos encontrar algunos molinos, testigo de siglos de actividad humana en este lugar. Estos afloramientos graníticos son además importantes refugios para la biodiversidad, destacándose la presencia de plantas endémicas, como la encinilla portuguesa y la margarita de hojas opuestas.