La construcción del embalse de Carrapatelo en el río Duero, en la frontera entre los municipios de Cinfães y Marco de Canavezes, se inició en 1965, habiéndose inaugurado a 18 de junio de 1972. Éste ha sido el primer embalse construido en el tramo nacional del río Duero, habiendo sido construidos posteriormente otros cuatro embalses. Ésta es una presa de gravedad, con una potencia instalada de 201 MW, con una altura máxima de 57 metros y es el embalse del Duero con una caída más alta, de 36 metros. Se destaca además el hecho de que éste tiene una exclusa de navegación que junto con las exclusas de los demás embalses del Duero permiten la navegación en este río. La visita a sus galerías, que debe de ser reservada con antelación, permite observar la impresionante obra de ingeniería aquí creada, así como el fondo del lecho del río.
En el entorno del embalse de Carrapatelo se puede observar una gran diversidad de fauna y flora. El aromático mirto es una de las plantas que nace por aquí, junto con el alcornoque, el roble común y el almez; en los bosques más sombríos de la región podemos además observar el bello sello de Salomón y la primavera. En los bosques de frondosas podemos encontrar el protegido escarabajo ciervo volante, típico de estos hábitats. La salamandra común, el tritón ibérico o el sapo común son anfibios que forman parte de la diversa fauna que aquí habita. Río abajo desde el embalse podemos además observar vestigios de la flora de las márgenes del Duero salvaje, como el boj y la cornicabra.
Girada al Duero, la iglesia de São Cristóvão de Nogueira es representativa de la reorganización de las parroquias en la baja Edad Media, que ha dado origen a las parroquias de São Baptista de Cinfães y São Cristóvão de Nogueira. Esta iglesia tiene diversas leyendas asociadas; una de ellas cuenta que su construcción primitiva estaba localizada en el castillo de Sampaio y que, en una sola noche, los pujantes moros la trasladaron al lugar de Nogueira.