El pozo de Pisão está situado en el río Caima, entre la acequia de Santa Cruz y el puente de Pisão. El río aquí corre con gran ferocidad en invierno, cavando numerosas marmitas de gigante. Ha sido en otros tiempos el lugar elegido para un vivero de truchas, habiendo un canal de desvío en el río que ha originado una pequeña isla. El pozo de Pisão esta situado en un valle encajado con márgenes altas y peñones cubiertos por densa vegetación, lo que dificulta su acceso. La configuración original del pozo de Pisão hace de este lugar un sitio de incomparable belleza, donde las aguas corrientes y la vegetación lujuriosa se conjugan en una armonía sin igual, ofreciendo hábitat a numerosas especies de la fauna y de la flora que aquí encuentran refugio. Hoy ya no se encuentran truchas en este sitio, pero pueden ser observadas bogas, barbos y calandinos.
El río Caima forma aquí un bosque en galería exuberante, con alisos y sauces cabalgando las márgenes del río. La salamandra rabilarga y el lagarto verdinegro son tan abundantes que, al levantar las piedras, fácilmente encontramos estas raras especies. Junto al río, algunos acebos nos regalan su presencia; los mirtilos prosperan justo al lado de las márgenes del pozo; y el androsemo aprovecha la humedad que aquí se hace sentir. En los peñones los candeleros del diablo florecen en las grietas de la roca y, en el río, podemos observar el inquieto mirlo acuático y el colorido martín pescador, en su incesante búsqueda de alimento.
El puente de Pisão esta situado en el límite de las pedanías de Rôge y Cepelos, en la salida del lugar de Sandiães, en el camino municipal entre Cepelos de Baixo y Sandiães, donde cruza el río Caima. Datado de los siglos XVII/XVIII, este es un puente de tablero horizontal sobre un único arco de medio punto y construcción de granito.