El dolmen de Cerqueira o dolmen de Pedra Moura, situado en la sierra del Arestal, es un excelente ejemplo del magalitismo de esta región (dolmen de corredor), y se remonta su edificación a hace cerca de 5000 años. Este nombre viene del corredor de acceso a la cámara funeraria constituida por grandes piedras colocadas en vertical o con un poco de pendiente. Las cámaras funerarias son el lugar donde se depositaban los muertos, y están constituidas por 7 a 9 piedras verticales, destacándose la de cabecera por ser la única piedra absolutamente vertical, que soporta el peso de los restantes monolitos. Esta estructura poligonal se completa con una piedra tapa o sombrero y reforzada con piedras y tierra alrededor (mamoa o tumulus). El enorme esfuerzo que acarreaba la construcción de estos dolmenes se justifica por la creencia de estos pueblos en la vida más allá de la muerte.
La mayor parte de los dólmenes y monumentos megalíticos están situados en lugares altos, en mesetas y laderas, donde domina la Naturaleza. En los alrededores del dolmen de Cerqueira prospera un pinar vigoroso, con especies características como el petirrojo – siempre curioso buscando alimento – y la purga de pobres con sus flores blancas. En las riveras de montaña de la sierra del Arestal son presencia obligatoria el lagarto verdinegro, el caballito del diablo azul, la rana patilarga y el acebo que aquí encuentra las condiciones ideales para crecer.
Las alminhas (pequeños altares de piedra) son una constante es este territorio, reflejando la gran religiosidad de su pueblo. A veces se han construido en la cumbre de la sierra o en medio del bosque, marcando así los caminos hechos por los devotos en las romerías. Es el caso del conjunto de más de diez alminhas que pasan por la aldea de Cerqueira y siguen por caminos antiguos en dirección a la cumbre del Arestal. Esta alminha en particular presenta en el centro un hueco con un panel de madera donde está representado Cristo crucificado en un fondo azul, con almas en el purgatorio al lado y en la parte inferior un arco iris.