La cascada de Agualva representa sin duda uno de los secretos más bien guardados del río Lordelo (denominado Arões río arriba). Esta cascada está a cerca de 400 metros río arriba desde el puente sobre el Lordelo, entre Couto de Esteves y Lourizela. El acceso es difícil – a través del lecho del río y de pequeños caminos por las márgenes – pero la recompensa es inmensa. Las aguas del Lordelo son proyectadas en una caída de más de 10 metros de altura entre grandes rocas de color oscuro, formando un pozo estrecho en su regazo. El agua ha aprovechado la diferencia de dureza de las rocas del lecho del río para excavar el desnivel que ha dado origen a esta cascada.
El río Lordelo es un típico río de montaña que nace en la cumbre de la sierra del Arestal, y que baja abruptamente en su corto recorrido hasta el Vouga. Muchas especies de flora se pueden hallar aquí, como lo endémico acicate de olor português, el helecho real o el laurel. Los anfibios (también ellos endémicos ibéricos) son comunes, destacándose el tritón jaspeado, la rana patilarga y la salamandra rabilarga. El lagarto rabilargo se puede observar en días soleados, calentándose en las rocas junto al río y las bogas, en su migración, suben las cascadas para desovar más arriba en el río. El mirlo acuático encuentra en estos ríos de montaña su hábitat natural, anidando muchas veces detrás de las caídas de agua. Entre los invertebrados, se destacan la rara mariposa tornasolada chica y para el caballito del diablo azul (libélula), presentes en el bosque en galería.
La ancestralidad y importancia municipal de Couto de Esteves han quedado perpetuadas en la edificación del Pelourinho (crucero) que inicialmente estaba situado en frente del edificio donde ha estado el ayuntamiento hasta 1836, habiendo sido trasladado cuando se hizo la carretera. La acequia de Lourizela viene del río Lordelo, algunos kilómetros río arriba, y riega los campos de cultivo de Lourizela, aprovechando el agua para hacer funcionar algunos molinos.