El Outeiro dos Riscos es un monolito con 15 metros de largo y 4 metros de ancho, ubicado e media ladera de la vertiente occidental de la sierra del Arestal, y ha sido clasificado como SIP – Sitio de Interés Publico, en 2013. Los grabados insculturados en él ocupan un área de 2,75 metros de alto y 1,75 metros de largo, y los motivos dibujados son exclusivamente de carácter geométrico, dominando las combinaciones circulares, particularmente conjuntos de círculos concéntricos. Todos los motivos están dispuestos en la cara girada a la cima, donde se forma un pequeño anfiteatro natural en posición casi vertical con algunos círculos concéntricos de dimensiones relevantes, por veces rellenos con cruciformes. Cerca de aquí un otro monolito también presenta grabados, con una pequeña espiral y un reticulado.
En esta ladera de la sierra del Arestal podemos avistar el valle del río Caima con las aldeas de Trebilhadouro, Função, Rôge y Sandiães, y la imponente sierra de la Freita a lo lejos, marcada por el vértice geodésico de São Pedro Velho y por la torre meteorológica de Freita. A estas altitudes se destacan los prados de montaña, con especies interesantes como la genciana de turbera, el narciso acampanado y la mariposa doncella de la madreselva. La centaurea, que se encuentra en los terrenos más áridos, sorprende por sus delicados pétalos finamente divididos. En los pinares encontramos pequeñas manchas de robles donde se puede escuchar el canto del camachuelo, el martillear del pico picapinos en los troncos, buscando alimento. El búho real se puede también oír en la sierra del Arestal, con sus poderosas vocalizaciones resonando en la noche.
Las leyendas y tradiciones locales atribuyen la existencia de estos grabados a la presencia romana en esta región. Sin embargo todo indica que el arte Atlántica de la cual esta manifestación artística forma parte se ha expresado desde el 4º milenio al 1º milenio a. C., entre el Calcolítico inicial y la Edad del Bronce. El nombre Outeiro dos Riscos (o “Cabeço do Outeiro dos Riscos”, como también es conocido localmente) está relacionado, muy probablemente, a los trazos y rayas abiertos en las caras de los afloramientos graníticos. El significado de este arte rupestre está envuelto en misterio, con algunas hipótesis propuestas por los investigadores: ¿Serian grabados con carga simbolico-religiosa? ¿Los petroglifos indican lugares de la geografía del terreno? ¿Serian los círculos cuerpos celestes? ¿Estos monolitos marcan dominios de los señores de la guerra? Se queda en abierto la interpretación de este arte rupestre de belleza intemporal.
