El río Arda recorre cerca de 30 km y resulta de la confluencia de la rivera de Silvares y de la rivera de Gondim, con el río Marialva. Después de la unión de estos tres cursos de agua, el río Arda adquiere su designación rio arriba de Burgo. Atraviesa todo el valle de Arouca y una parte del bosque de Castelo de Paiva y es aquí, en Pedorido, que el Arda encuentra las aguas del Duero. La desembocadura del Arda es un lugar de gran valor natural y paisajístico, excelente para la práctica de pesca y para la interpretación de la biodiversidad, en particular de la avifauna. Se destaca en este sitio la Chopera de las Concas como área recreativa.
En el entorno de la desembocadura del Arda la diversidad biológica es rica. Aquí podemos observar varias especies de avifauna ribereña, de las que se destaca el majestuoso martín pescador, y algunas especies acuáticas como el ánade real y el cormorán grande. La nutria, anfibios como el sapo común, el sapo corredor, el tritón jaspeado o la salamandra común, y libélulas como la centinela-de los-arroyos son también algunas de las especies que aquí se pueden encontrar. Siguiendo por las márgenes del río Arda encontramos especies florísticas como el laurel, el almez, el espino albar y otras especies ribereñas, como los juncos o el nabo del diablo. En el bosque vaga de discretamente una diversidad de fauna considerable, con especies como el petirrojo, la gineta o el jabalí.
Junto a la desembocadura del Arda encontramos el puente de ferrocarril de Pedorido, una estructura de considerable valor patrimonial. Esta ha sido construida por Empresa Industrial Portuguesa, en 1893, para servir el Coto Minero de Pejão, y fue un importante testigo de una de las más importantes actividades económicas de la historia de la región: la explotación del carbón.