Naciendo en la sierra de Montemuro, a aproximadamente 1000 metros de altitud, el riachuelo de Sampaio desagua aquí en el Duero, después de un recorrido lleno de declives acentuados. En este punto, este da origen a una fantástica caída de agua, formada hace cerca de 2 millones de años por un fenómeno geológico denominado “knickpoint”, que significa ruptura de declive y que, por este motivo, favorece la creación de caídas de agua. Para ayudar en este proceso, se destaca un sistema de fracturación ortogonal del granito de Montemuro que facilita la erosión del mismo por las aguas bravas que bajan por estas laderas. Contemplando esta caída de agua podemos observar el fantástico entorno con bosques en galería bien conservados.
La caída de agua del riachuelo de Sampaio está insertada en un paisaje de gran belleza natural. Rompiendo grande bloques de granito y formando varias caídas de agua, este riachuelo presenta en su entorno frondosos bosques con una gran diversidad florística. Por aquí existe una vasta variedad de árboles como el aliso, el fresno, el almez, el roble común o el laurel. En el estrato herbáceo podemos encontrar, en las zonas más secas, el helecho real, la bella palominera o la hierba del carbón. Con relación a la fauna este lugar, debido a la abundancia de agua y sus frondosos bosques, favorece la presencia de varios anfibios como el sapo común, el tritón ibérico o la salamandra común. La fuerte humedad que aquí se siente contribuye además para la presencia del majestuoso lagarto verdinegro, endemismo de la Península Ibérica, y de la arisca nutria, que recorre las márgenes buscando alimento.