La Isla de los Amores, también conocida como Isla del Castillo (Ilha do Castelo), es un islote situado en el río Duero, junto a la desembocadura del río Paiva formada, esencialmente, por el granito macizo del Montemuro. En otros tiempos este lugar ha estado conectado a la margen derecha del río Paiva, hasta la construcción del embalse de Crestuma-Lever, en 1985, en el río Duero, que ha hecho subir el nivel de las aguas del río. Hasta entonces, este pequeño monte se podía acceder por tierra, y se realizaba aquí una importante fiesta desde el siglo XVIII: la feria de San Miguel. En la isla también se pueden observar vestigios de estructuras de una antigua ermita del siglo XV. Esta isla en medio del Duero presenta un excelente encuadre paisajístico, y el mirador de Catapeixe es un sitio privilegiado para observar este paisaje.
La isla de los Amores está encuadrada en un paisaje único, entre el río más grande de la Península Ibérica, el Duero, y uno de los más limpios y salvajes: el río Paiva. Este bello paisaje esconde una gran diversidad biológica. Con influencia marcadamente atlántica, aquí podemos observar muchas especies de la flora autóctona portuguesa, como los bellos robles comunes, que abundan en las zonas más húmedas de Portugal, y el alcornoque, enigmático árbol que domina las laderas del Duero. Junto al agua, el aliso, el fresno, el almez, o el helecho real embellecen los bosques en galería. Por aquí también podemos encontrar los bellos pajarillos, planta endémica de la Península Ibérica de gran belleza, con sus flores en forma de cono. Esta forma de la flor forma parte de una estrategia de la planta, pues aquí almacena el néctar, convirtiéndose en un cebo para atraer a diversos polinizadores, como mariposas o abejas. A nivel de fauna, por estos montes podemos observar varias especies de invertebrados como la emperatriz azul, así como de vertebrados que vagan discretamente por el paisaje, como la salamandra común o el lagarto verdinegro.