Las lagunas de Drave resultan de la confluencia de dos riveras: la rivera de Palhais, que nace en los alrededores del Portal do Inferno a nordeste de Drave; y la rivera de Bouça, que viene desde lo alto de Arada, a este de Drave. Las lagunas son una serie de pozos excavados en la roca que se pueden descubrir a lo largo de la rivera de Palhais (también denominada río de Drave) hasta el río Paivô, en un paisaje magnífico pautado por grandes desniveles donde domina la pizarra. En el promontorio entre las dos riveras se encuentra la aldea mágica de Drave, una aldea deshabitada que guarda toda la belleza de la arquitectura de las típicas aldeas de pizarra de montaña. Estos remotos valles son el refugio de rarezas tan diversas como el huidizo desmán ibérico, el lobo ibérico o el helecho-labiado-peludo que aprovechan respectivamente las riveras de aguas claras, los bosques hojosos, y los afloramientos termófilos para prosperar. Los viejos Castaños, con varios siglos, son prueba de la ancestralidad de este poblado. Para llegar aquí se tiene de caminar desde este lugar, o desde la aldea de Regoufe, a través del sendero de Aldea Mágica (PR 14), que aprovecha el antiguo camino esculpido en la roca que conectaba estas dos aldeas.
