Los pozos del Puente Teixeira aprovechan las aguas cristalinas de la rivera de Landeira, que nace en las cumbres de la sierra de Arada, para crear piscinas naturales de miles de formas. El pozo Teixeira, justo debajo del puente (accesible a través del molino), el pozo de Gravuras, situado río arriba (accesible por un pequeño sendero) y los pozos Estreito y Quadrado (accesible a través del lecho del río, 200 metros río arriba desde el pozo de Gravuras) han sido caprichosamente moldeados en el macizo granítico a lo largo de muchos miles de años. Dibujos que evocan motivos humanos y naturales se han esculpido en la piedra, revelando una sorprendente armonía entre el hombre y la naturaleza en la cultura contemporánea. Los tonos rosa del granito reblandecido por la fuerza de las aguas, el verde de la vegetación pujante, el azul de las frescas aguas y el ocre y gris de los molinos y puentes se unen en este lugar para formar un cuadro de incomparable belleza.
La rivera de Landeira es un curso de agua donde abundan los pozos y piscinas naturales, lugares de concentración de la biodiversidad, donde se pueden observar especies de peces como el barbo y la boga, y algunas libélulas entre las cuales se destaca el caballito del diablo azul, indicador de las aguas puras de los ríos de montaña. Las mariposas, cuyas orugas se alimentan de los arboles del bosque en galería son siempre espectaculares, destacándose la antíopa, la olmera y la tornasolada chica. En los rápidos muchas especies de macroinvertebrados prosperan aprovechando las aguas fuertemente oxigenadas. Entre éstas la mosca-de-la-piedra se evidencia por sus líneas elegantes y grandes dimensiones, indicando que estamos en presencia de un río en excelente estado ecológico. El bosque en galería es abrazado por un robledal donde están presentes la ardilla y el pico picapinos y en su línea avanzada junto al agua imperan el sauce y el helecho real.
Un poco río abajo del pozo Teixeira, sobre la rivera de Landeira, hay un supuesto puente romano-medieval que pertenecía a la antigua vía romana que conectaba Viseu (Vissai um) con Porto (Cale), atajando por la cumbre de la sierra de Freita para evitar las complicaciones de los valles abruptos de los ríos Teixeira y Caima. Esta red viaria con más de 2000 años servia para el desplazamiento rápido de las legiones romanas.