Las Pedras Boroas da Landeira son una geoforma granítica parecida a una boroa o broa (pan de maíz). Estas resultan de la erosión diferencial del granito, que da origen a la formación de una red de grietas poligonales en las partes más erosionadas de la roca, que a simple vista recuerdan la superficie de una boroa, por lo que así han nombrado a la roca. En Landeira, la erosión ha roto un bloque de granito en dos mitades y, en esas mitades, se han formado las boroas, una al lado de la otra, como pidiendo una sardina asada. La erosión que ha producido este curioso fenómeno resulta de las grandes amplitudes térmicas que se hacen sentir en este lugar. Las Pedras Boroas da Landeira se encuentran en el valle de la rivera de Landeira, abruptamente dibujado en la ladera de la sierra de Arada.
El valle de Landeira, donde se encuentran las pedras boroas, es un lugar salvaje y remoto, con bosques bien desarrollados, en los cuales el lobo ibérico a veces encuentra refugio. La aridez rocosa de las cumbres de la sierra constituye el hábitat para especies muy interesantes como el colorido roquero rojo, la víbora hocicuda o la mariposa saltacercas. Junto a los arroyos podemos encontrar el raro narciso de los martillos y el androsemo.
Los monolitos graníticos abundantes en esta región se multiplican en una profusión de curiosas geoformas que marcan el paisaje. El valle de Landeira ha dejado en evidencia la falla tectónica de Landeira, que desgarra la sierra de Arada en el sentido N-S delineando una recta casi perfecta. En la ladera izquierda de la rivera la aldea de Landeira se asoma en lo alto, dibujando un mosaico de regadíos alimentados por las aguas abundantes de estos parajes.