Localizadas en el valle del río Tenente, las minas de Moimenta han tenido gran importancia económica en estos parajes de la sierra de Montemuro. Habiendo empezado a mediados del siglo pasado, su exploración ha alcanzado su auge durante la Segunda Guerra Mundial. Como en muchas otras minas de la región, aquí se explotaba el wolframio y el estaño, ya que esta zona se encuentra insertada en yacimientos de wolframio que se distribuyen desde Galicia a Castilla, cruzando el norte y centro de Portugal. Según testimonios de antiguos mineros, ya en aquel entonces la explotación era bastante mecanizada, lo que ha facilitado la apertura de amplias galerías que recuerdan imponentes cuevas naturales.
Las minas de Moimenta son un importante refugio para diversas especies de murciélagos cavernícolas que aquí encuentran excelentes condiciones de hábitat – escasas en estas regiones de montaña – tanto para hibernar como para refugiarse en otras épocas del año. Reposando en las galerías de las minas podemos observar varias especies como el murciélago grande de herradura, el murciélago pequeño de herradura, el murciélago mediterráneo de herradura y el murciélago de cueva.
En la colina rodeada por el río Tenente y la rivera de Levadas, está situado el Castro do Cabeço dos Mouros. Este monumento, clasificado como sitio de interés público, presenta un gran valor arqueológico, y se estima que su origen se remonta a la Edad del Hierro, siglo VII a. C. Como muchos otros monumentos de este genero, esta está situado en un punto alto de difícil acceso, con buena visibilidad del paisaje en el entorno, lo que ha permitido una mejor defensa del pueblo que aquí ha vivido. En este lugar todavía se pueden observar vestigios de dos pequeñas habitaciones de planta circular, típicas de este período histórico.