El Penedo da Saudade es una roca sobre el granito turmalínico de Ganhafão, con cerca de 5 metros de altura, donde se encuentra el mirador. Desde aquí se observa el río Paiva, encajado entre la sierra de Montemuro a norte y el macizo de Gralheira a sur. El río Paiva nace en la sierra de Leomil (Moimenta da Beira) y desemboca en el río Duero, en el lugar del Castelo (Castelo de Paiva). Este paisaje es marcado por el cambio de litología granítica para la de pizarra, volviendo a cambiar a granítica en la sierra de Montemuro. Desde aquí se puede observar el enorme falso meandro de Ester, que da origen a un paisaje idílico.
El río Paiva está considerado uno de los ríos más limpios de Europa, siendo posible observar en su valle una gran diversidad de hábitats, fauna y flora. Las extensas áreas de bosque del valle albergan una diversa avifauna, como el deslumbrante camachuelo, el pico picapinos, el jilguero o el ratonero. Junto al río Paiva y sus afluentes se pueden observar aves ribereñas como el esbelto mirlo acuático, el martín pescador o la garza real. En las aguas bravas del Paiva habitan varias especies de peces, como la trucha, la boga y el calandino. Junto al río Paiva se pueden observar varias libélulas, como la libélula crepuscular, el guardarroyos común, el centinela de los arroyos, la esmeralda moteada o la macromia, especie considerada de las más raras de Europa. Endémica de la región, el acicate de olor português está presente en el valle del Paiva, en taludes y zonas rocosas. En las zonas montañosas del valle, como la sierra de Montemuro y el macizo de Gralheira, vagan dos de las especies enigmáticas del territorio: el lobo ibérico y la majestuosa víbora hocicuda.