Encajada entre el macizo de Gralheira y la sierra de Montemuro, la Foz Cabril es el punto de encuentro entre el río Tenente y el río Paiva. El río Paiva, considerado uno de los más limpios de Europa, nace en la sierra de Leonil, desembocando en el río Duero, en Castelo (Castelo de Paiva). El río Tenente nace en Sobreda en la sierra de Montemuro, desembocando en la margen derecha del Paiva. Este lugar es una excelente área recreativa, siendo un lugar privilegiado para la observación de la naturaleza. Debido a la diversidad de hábitats presentes y a la dinámica natural de estos ríos, este lugar es un punto caliente de biodiversidad, contribuyendo para ello los ecosistemas acuáticos, ribereños, forestales y rupícolas.
En la Foz Cabril es posible contemplar una gran diversidad de fauna y flora, bosques en galería bien conservados donde predomina el aliso, así como la presencia de zona de rápidos y áreas lénticas que permiten el desarrollo de una elevada diversidad biológica. Con relación a la flora, la dinámica natural del río Paiva permite la presencia de diversas especies. Islas formadas en verano y que en invierno se encuentran sumergidas alojan una gran diversidad florística, como es el caso de la graciola. Dependiente de esta dinámica, esta es una planta endémica de la Península Ibérica que se caracteriza por ocurrir en lecho mayor, floreciendo en verano en las márgenes, o en las islas en medio del río. Igualmente dependiente de esta dinámica, el alisma menor es también una planta que se puede observar en el período de verano. Presente en taludes y zonas rocosas, el acicate de olor português, planta endémica de la región, se puede observar en el entorno de la Foz Cabril. Cuanto a la fauna están presentes la nutria, el lagarto verdinegro, la culebra viperina, y diversas especies de aves como el martín pescador, el mirlo acuático, la garza real o el cormorán grande. Con gran conexión con el río, los anfibios como la rana común, la rana patilarga, el sapo común o el tritón jaspeado, son aquí igualmente comunes. También se pueden observar varias libélulas como la libélula crepuscular, el guardarroyos común, el centinela de los arroyos, o la macromia, especie considerada de las más raras de Europa, que encuentra aquí el hábitat ideal para desarrollar sus larvas: los bosques en galería bien desarrollados y alguna profundidad.